He tomado la decisión de regalarme.
Sí, me regalo al presente, a la oportunidad, al vivir, al sentir y al habitar(me). Decido concederme a mí misma, a lo que quizás soy, a mi esencia escondida, a mi luz. Me obsequio al crecer, aprender y experimentar. Pero sobretodo, me regalo y me entrego al miedo que en mí siempre va a anidarse. Le hago un hueco en mi vida, le cojo de la mano y le invito a andar a mi lado.
Llevo tiempo escondiéndome del miedo, la culpa y el juicio, amarrada a un constante pasado que ya se fue, que desapareció, pero dejó huella (quizás herida y cicatriz). Y me aferré a él, como barco a la deriva, aunque me propusiera habitar el presente, porque le permitía reaparecer a menudo, autorizando al juicio a estar presente y a provocarme sentimientos de culpabilidad.
Una culpabilidad que nacía de la no aceptación de un yo que ya es pasado, que a mis ojos cargados de prejuicios e ideas preconcebidas falló y al que le permití revolcarse en el dictamen del error. Y cuando alcé la cabeza ya estaba repleta del barro de la opinión y cubierta de falsas definiciones que no eran yo.
Así que me he permitido adentrarme en mi ser, concederme la visión de un yo vulnerable, que en su debilidad esconde la mayor fortaleza, el saberse imperfectamente perfecto, regado por el amor propio y por la escucha.
Así que hoy me siento fuerte y libre. He abierto los ojos a una nueva luz que ya brillaba en mí, pero al verla en la mirada limpia y pura de las demás, al verme en ese reflejo que tantas veces ante mí ha estado, puedo dejar de juzgarme y decirme “camina hacia delante y no tengas miedo a brillar”. Y así me perdono, me agradezco y me quiero.
Y vuelvo a creer, y recuerdo una frase que decía que creer y crear están a una sola letra de diferencia, lo que me indica que si logro creer en mí pongo en mis manos la opción de crear lo que me proponga. Quizás esa vida que sueño, el camino que deseo o el presente que me satisface, sabiendo que no es tarea fácil.
Así que he decidido regalarme a mi vulnerabilidad y en consecuencia a la creación, porque quiero reconstruirme, rehabitarme y entregarme a la creencia de la fortaleza. Dejo a parte el juicio, hacia mí y hacia el prójimo, y todo resulta más limpio, puro y sencillo.
Y me entrego a lo que venga, a lo que hay y a lo que me hace vibrar.
Gracias por leerme,
feliz, pero feliz de verdad, martes.
Judit
“Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados.
Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos sin límite.
Es nuestra luz, no la oscuridad lo que más nos asusta.
Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso?
En realidad, ¿quién eres tú para no serlo?
Eres hijo del universo.
El hecho de jugar a ser pequeño no sirve al mundo.
No hay nada iluminador en encogerte para que otras personas cerca de ti no se sientan inseguras.
Nacemos para hacer manifiesto la gloria del universo que está dentro de nosotros.
No solamente algunos de nosotros: Está dentro de todos y cada uno.
Y mientras dejamos lucir nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso a otras personas para hacer lo mismo.
Y al liberarnos de nuestro miedo, nuestra presencia automáticamente libera a los demás.”
Nelson Mandela
PD: Éstas son las palabras que brotan de mí tras vivir uno de los fines de semana más intensos en mucho tiempo. A veces, sin saber porqué la energía fluye y te lleva a hacer unos planes que quizás no tenías ni previstos, algo desconocido te mueve a tomar una decisión que no eres capaz de razonar pero que en ti vibra. Así es como decidí ir al retiro que organizaron Marta (Alimenta tu esencia) y Tamara (Viviendo con V), Vivendo tu esencia, y me siento agradecida y llena de haber tomado esa decisión. He compartido experiencias, introspección y crecimiento con 18 mujeres cargadas de saber, fuerza y valor. Así que sólo puedo agradecer a cada una de ellas el abrirse y entregarse a esta experiencia sin filtros, por volver a hacerme vivir y sentir en mi piel la sororidad.
PD2: Me gustaría decirte que he conocido un nuevo mundo, los retiros, y creo que son una posibilidad de crecimiento personal gigante. Así que si encuentras alguno que te haga vibrar, creer o imaginar no dudes en hacerlo, aunque sea con miedo!
PD3: no puede gustarme más empezar mes en luna llena, en martes y con tanta energía fluyendo en mí.
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