Somos, sin lugar a dudas, sin quererlo ni proponérnoslo, pero somos.
Somos más lo que nos esforzamos por disimular que lo que mostramos, más las dudas que las certezas, los miedos que los atrevimientos. Somos más lo que callamos que lo que decimos, lo que ignoramos que lo que sabemos, lo que buscamos que lo que tenemos.
Somos más los fotogramas que nunca vimos, el momento que la cámara jamás capturó, la verdad que nunca fue descubierta. Más las ganas que el hecho, las mentiras calladas que las verdades gritadas, los sueños por cumplir que los planes realizados.
Somos más las historias soñadas que las vividas, el entender que el pretender, el callar que el decir. Somos todo lo que ignoramos ser y lo que damos por hecho, lo que echamos en falta, lo que nos sobra, nuestras ilusiones y las nostalgias.
Somos nuestro anhelo, nuestra pregunta y nuestra respuesta a la vez. Somos el silencio del vacío y el ruido de un frenesí que no para. El ir y venir de las dudas, el quedarse atrás de las ilusiones, el cuestionarse lo que ayer dábamos por cierto.
Somos más de lo que pensamos, más de lo que tenemos y más de lo que creemos. Energía, luz, quietud y sombras. La espontaneidad entre tanta preparación, lo real entre tanto ficticio, lo natural entre tanta tecnología, lo real entre tanto virtual.
Somo, sin lugar a dudas, este momento que se nos escapa, cargado de pasado y futuro, con la misma incertidumbre que el antes, y las mismas opciones que el después. El aletear de la mariposa que mueve cadenas en la otra parte del mundo, las líneas que nos unen a los demás, las teorías infundadas sin éxito.
Pero sobretodo somos la nueva posibilidad, oportunidad y ocasión de ser lo que queramos ser, quién queramos ser,
con naturalidad,
SIN TEMERNOS.

SOMOS.
Judit
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