En presencia

Aunque con dificultad me pongo a escribir ésta entrada. Se ha finalizado un verano cargado de muchas emociones y que ha sido realmente intenso. Los viajes, el trabajo, las pérdidas de seguridad (con los atentados de Barcelona) y de un ser querido, las horas de amistad… pero llega el nuevo curso (sí lo empiezo dos semanas tarde), una nueva edad (los bonitos 25) y con ellos me cargo de ganas y de energía para continuar y vivir éste otoño  (mi estación favorita!) que hoy llega!

Así que por fin, hoy os traigo el diario de los primeros seis días de viaje al Iran, la semana que viene os traigo la segunda parte! Empecemos:

Día 1: TEHRAN

«Llegar a una capital de un país islámico y de noche no es nada sencillo, sobretodo si cuando llegas el hotel que tenías reservado ha dado tu habitación, aunque la suerte (llamada tener la reserva des de una agencia) nos ha brindado una solución rápido, el hotel de al lado. Ésta ha sido nuestra entrada a Iran, por suerte a lo largo del día la cosa ha ido mejorando. 

Hemos recorrido las calles de esta inmensa ciudad. Empezamos con la visita a las primeras mezquitas: Imam Khomeini i Shahid Motahari y después una buena ruta por el Bazar. Allí nos han dicho que era peligroso para las mujeres ir solas, pero nosotras hemos seguido andando éstas calles, aunque con más precaución. 

Por la tarde hemos recorrido la línea 1 del metro para ir hasta Milowd Towel, una gran torre de comunicaciones que nos ha regalado unas vistas espectaculares de la ciudad y de sus montañas fronterizas. Es increíble darte cuenta de la grandeza de ésta capital, sus casas llegan hasta dónde ven nuestros ojos, una barbaridad!

Muchas son las cosas que en éste sólo día se me generan. Muchos prejuicios tendré que ir abandonando, deberé dejar atrás la idea del mundo islámico que nos han impuesto y abrir bien los ojos para ver que es lo que realmente hay. Las calles están apoderadas de hombres y las mujeres quedan escondidas bajo la sombra de sus velos y chadors negros pero hay un ronroneo que grita cambio y ganas de renovarse. 

Me apetece puntualizar lo que he vivido hoy en el metro, un clima de sororidad que desconocía. El vagón de las mujeres es un espacio de seguridad y estabilidad, sin miedo. Un lugar dónde la lengua no importa y hemos sido capaces de entendernos a través de las miradas y las sonrisas.»

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Día 2: QOM Y KASHAN

«Seguimos con ésta aventura con una visita exprés a Qom, en concreto al Mausoleo de Fátima, lugar de peregrinaje para los chiítas. De ésta ciudad me sorprende el hecho que todas las mujeres vayan vestidas de negro y los hombres con vestimenta tradicional, con vestidos largos, palestinas en la cabeza y luciendo largas barbas. Con todas las ideas que nos han metido en la cabeza ésta imagen crea respeto, asusta, te vienen a la mente las pesadillas de una cultura atroz, pero al cruzar las cortinas que separan hombres de mujeres en la entrada todas éstas ideas se disipan y sólo quedan sonrisas y humor, la imagen de nuestras cabezas está demasiado lejos de la realidad.

Entre gestos nos dicen que nos esperemos que nos han ido a buscar un chador para que podamos entrar a hacer la visita y en una sala dónde todas las ropas se visten de negro llegan dos mujeres cargadas con unas capas blancas floreadas. Nos las colocan entre risas, nos lanzan mil palabras bonitas cuando nos ven bajo esas túnicas tan estrañas para nosotras y no podemos evitar que se nos escape la risa. Nos acompañan las mismas mujeres que nos han traído los chadors durante nuestra visita al Mausoleo. Una de ellas es traductora de inglés pero nunca se ha dedicado a esta labor ya que se casó y tuvo una hija que también nos acompaña. Sueña con ir a Europa para poder darle una mejor vida a su hija. La otra mujer es su tía y no nos da tanta información sobre su vida. La ternura, el cariño y la proximidad son algunas de las palabras que me generan; amor, lucha, esperanza, entre otras; o ilusión, conocimiento, sabiduría. Tan llenas de vida nos cuentan lo que queremos saber.

Resumidamente, Fátima Ma’suma, a quién se le ha construido éste magnífico mausoleo, era descendiente de Mahoma y hermana del octavo imám chiíta se creía que tenía poderes superiores y era capaz de curar y sanar a las personas. 

A nivel arquitectónico es absolutamente abrumador, impresionante! Nos cuentan que todos los mosaicos que vemos están realizados manualmente, cosa que aún me parece más fantástica; no podemos sino alucinar con tal espectáculo monumental. 

Después de ésta magnífica visita nos vamos a Kashan, ciudad con un centro histórico de adobe dónde vemos las casas típicas iraníes y las murallas nos regalan una increíble puesta de sol, envueltas entre oraciones y pensamientos tras éste día de descubrir y vivir!»

Día 3: ABYANEH Y NANTASH

«Hoy nos tomamos el despertar con calma tras una noche de calor y reponemos fuerzas con un desayuno persa. A las 11 de la mañana nos recoge un taxista que nos hará la ruta, pero no habla nada de inglés así que veremos que entendemos, es un hombre que conocimos en el bus ayer, quién nos buscó hotel y nos llevó y que hoy nos hace de taxista. Nos lleva a Abyaneh, su pueblo natal, y para llegar pasamos por una base militar dónde observamos tanques con ametralladoras que parecen estar apuntando a algún lugar concreto. Leemos en la guía que ahí hay una supuesta arma nuclear y que por eso controlan la zona, la verdad es que me parece muy desagradable la sensación que se me genera al pasar por éste lugar, las armas, las guerras y el odio me generan pena, impotencia, desolación…

Pero dejando ésto de lado, la visita a Abyaneh, un bonito pueblo de adobe encima de una montaña, es muy agradable. Paseamos por sus calles rojas de adobe, una mujer nos regala nísperos, un  hombre nos deja probar una patatas cocidas sobre una plancha metálica y de nuevo su generosidad se hace evidente! Tras buscar todas las sombras posibles porque el calor es mortal, subimos a una fortaleza que está en frente para ver la vista panorámica del pueblo, y qué preciosidad!

Después vamos a Nashat dónde comemos y vamos a ver una mezquita que subvencionó la marca Mercedes Benz (o eso nos dicen) pero lo que es seguro es que en sus mosaicos está el logotipo de la marca. 

Finalmente, ponemos rumbo a Isfahan y tras localizar un hostal y dejar las mochilas nos vamos a investigar un poco ésta ciudad. Nuestra gran sorpresa es encontrarnos con una procesión musulmana. Todos van vestidos de negro, llevan altavoces con una potente música, van con algunos tambores y algunos se dan golpes con unas finas cadenas (algo simbólico, no doloroso como en algunas procesiones cristianas), y siguen unas grandes banderas negras. Nos cuentan que está es su forma de demostrar que están de duelo, porque tal día como éste muchos años atrás se murió uno de sus 12 imanes y es su forma de celebrar su honor y la honra de haberlo tenido como líder. 

Me ha gustado poder encontrarme con un acto religioso así porque de nuevo mi idea del mundo musulmán cambia. Vivirlo con total tranquilidad, disfrutando y buscando entender qué es lo que en ése preciso momento sucede, apreciar su duelo y, finalmente, comparar ésta tradición con las procesiones de semana santa y darme cuenta que he visto cosas más extremas y bestias en muchas de ellas que aquí, que el fanatismo es algo común en todas las religiones y que los estereotipos nos ciegan. 

Finalmente, y como regalo para éste día hemos entrado a la Mezquita del Iman Hosseini y nos hemos sorprendido con la belleza de la plaza Abu-Qabir. «

Día 4: ISFAHAN

«Nos levantamos tranquilamente, desayunamos con calma y ligamos la excursión de mañana. Una vez llenas de energía nos disponemos a lanzarnos a las calles de Isfahan. Básicamente hacemos ruta de monumentos: mezquitas y palacios. 

Empezamos con la mezquita del viernes (y hoy es viernes!) y para llegar debemos pasar por las callejuelas de un bazar muy divertido en el que encuentras des de un vestido de novia, a fruta y verdura, y nos sorprenden tiendas con cortinas que las tapan y… tachán! La lencería femenina existe!

Al llegar a la mezquita nos dicen que debemos entrar rápido porque en 10 minutos cierran taquilla y no podremos entrar, pero para nuestra sorpresa a los 20 minutos está cada vez más lleno, total que resulta que a los 10 minutos era gratuito y tenían prisa para cobrar 3 entradas más! (El dinero es el dinero, y son buenos pero no tontos!). La mezquita es preciosa, llena de azules y colores, mil mosaicos detallados, geometrías y muchas salas distintas. Me ha enamorado especialmente una llena de columnas, en la que la luz se colaba jugando a desaparecer…

Seguimos visitando la zona y vamos a una madrassa que nos encontramos cerrada (claro, es viernes!). Así que cambiamos el rumbo y nos vamos a visitar varias mezquitas y tumbas de Alí, la Hakim y Ismael. En ésta última nos dejan entrar a la sala de oración. Me parece muy bello ver como rezan, es como un ritual de paz, de tranquilidad y de proximidad con alguna energía superior a la que ellos llaman Alá, algunos Dios, otros prana… 

Después nos vamos a la zona del Gran Bazar. Tras la comida visitamos la mezquita Sheikh Lootfollah, construida especialmente para las mujeres y allí me quedo abducida por su belleza. Me encanta, me transmite paz, calma, tranquilidad y me acerca a mi espiritualidad al mismo tiempo! Me es fácil entender que sea tierra de poetas.

Visitamos también el palacio Ali Qapur que nos regala unas vistas increíbles de la plaza y una sala de música delicada y hecha con mil detalles que me parece preciosa!

Finalmente, vamos al palacio Chehel Sotun y es dónde me siento en una película de animación ambientada en la antigua Persia, o en uno de los cuentos de las mil y una noches…

Ai… me voy a la cama llena, a rebozar de energía, de sentimientos positivos por toda la gente que nos cruzamos y nos sonríe, por todos los que se acercan curiosos por saber qué hacemos aquí, por la lucha que nos queda por delante de romper estereotipos y cadenas! Buenas noches!»

Día 5: DESIERTO DE VARZANE Y LAGO DE SAL

» A las 3:30h suena el despertador que nos informa que hoy vamos a ver la salida del sol des del desierto! Cogemos un coche y nos adentramos al desierto hasta llegar a una alta duna dónde nos sentamos a ver el espectáculo. 

Momentos así me llevan a agradecer, la fuerza del sol saliendo, la magia de la oscuridad que se escapa y desaparecen los miedos y las tinieblas, la magia de estar estando en el aquí y el ahora, bien presente siempre! Y pienso en la suerte que tengo, en todo lo que me rodea y sobretodo en las personas que forman parte de mi día a día, como ellas dos que nos hemos acompañado en ésta aventura pero sobretodo en la del vivir y crecer… Qué suerte! Ver salir el sol es como una especie de terapia que deberíamos hacer más a menudo, aunque difícilmente podría hacerlo en un lugar tan privilegiado.

Cuándo el sol ya está alto bajamos de la duna para desayunar con gusto a arena en la boca. Con las barrigas llenas nos vamos al lago de sal. En menos de un segundo ya no llevamos zapatos y estamos dentro del lago/charco, haciendo caso a la niña pequeña que aún tenemos dentro y espero que nunca nos abandone o que nunca seamos tan inconscientes de dejarla escapar.

Si os digo la verdad el lugar no me impresiona mucho pero todo acompaña, la sensación de mojar en sal los pies ( y porqué no decirlo… de enseñar media pierna en un lugar dónde está prohibido y satisfacer la necesidad de rebeldía que tenemos dentro), y notar los pequeños cristales que se forman en nuestra piel, es genial!

A la vuelta nos quedan dos paradas, un castillo y un pueblo en runas, y un largo trayecto en coche. Entre curva y curva me vienen ideas a la cabeza. Ayer, en el hostal conocimos a Ramon un hombre que se preguntaba cómo era posible tanta armonía en una dictadura, y me viene a la mente que siendo Iran un país tan convulso, tan lleno de muertes y guerras debe ser mejor cumplir ciertas normas que sufrir por la inquietud de no saber a quién se llevará la siguiente bomba, el siguiente asalto o el guardia de la revolución…»

Día 6: ISFAHAN

Otro día para disfrutar de ésta bonita ciudad es un regalo. Hoy nos dirigimos a recorrer los puentes que cruzan el río, en verano inexistente, y tras recorrerlos vamos al barrio Armenio . Los armenios llegaron al Iran después del 1915-1918 después de dos batallas contra los Otomanos (guerra turco-armenia) y vienen a exiliarse aquí, dónde construyen curiosas iglesias siguiendo el patrón arquitectónico de las mezquitas. No tenemos la suerte de poder entrar en la catedral porque hoy es una fiesta armenia y está cerrada a los visitantes. 

Así que para pasar la pena decidimos comer en un restaurante «de lujo» que se llama Arca, y está buenísimo! La comida en Iran está buenísima pero hoy probamos las especialidades Armenias y son un deleito para los sentidos!

La tarde la dedicamos a visitar los Minaretes que tambalean, realizados con una estructura capaz de aguantar terremotos. El taxista insiste en subir a moverlo para nosotras sí o sí, aunque se ha pasado la hora de hacerlo, así que nos enseña sus capacidades de terremoto y nosotras reímos con su humor. Él mismo nos acompaña hasta un templo que hay en una colina, el punto alto de la ciudad dónde podemos ver la inmensidad de ésta! Increíble!

Para hacer tiempo antes de coger el bus nocturno que nos llevará a Shiraz volvemos a Ali Qapur a despedirnos de la plaza y a hacer alguna compra al bazar! No nos deja de sorprender la cantidad de gente que se junta a hacer pícnics en ésta zona, el ambiente es precioso y se respira un aire de familiaridad que me hace sentir segura.

Espero volverte a ver tan bella Isfahan, porque me has robado un poco el corazón!»

Gracias por leerme,

Judit.