Como os dije en un post anterior para mi viajar va mucho más allá de visitar lugares lejanos o extraños, viajar también es conocer lo que nos queda cerca, descubrir por primera vez lugares que ni sospechábamos que serían tan bonitos, ser consciente de lo que nos rodea y de todo lo que nos queda por ver!
Así que, con éstas ganas de conocer y ver mundo este fin de semana nos hemos escapado a La Pobla de Lillet, para poder disfrutar de la nieve y hipnotizarnos con sus paisajes! Al tener un perro el tema viajes se tiene que pensar mejor, no podemos ir a todos los lugares ni a cualquier hotel. Por eso alquilamos un pequeño y confortable bungalow en el cámping l’Espelt. Alojarnos en éste lugar nos ha dado la libertad de cocinarnos nosotros, de disfrutar de la tranquilidad de el lugar y de poder vivir la montaña en calma!
Llegamos el sábado por la mañana y nos pusimos manos a la obra para visitar varios lugares de ésta zona. En primer lugar fuimos a pasear por el pueblo, por sus estrechas calles, pasando por su iglesia barroca y llegando hasta los Jardines Artigas lugar que diseñó Gaudí (y que encontramos cerrado porque es invierno y no hay flores, somos un desastre!). El pueblo en sí me pareció encantador, un lugar que transita entre el presente y el pasado, con un juego de casas modernistas junto con arquitecturas románicas. En definitiva, un buen lugar dónde enamorarte del aire de montaña!
Tras éste recorrido por el pueblo nos fuimos a visitar el Monasterio de Santa María de Lillet, su Iglesia y la Rotonda de Sant Miquel, un pequeño edificio románico propio de las rutas de peregrinaje que sorprende por su pequeño tamaño y su sencillez. Éste lugar es muy bonito, no sólo por los edificios que nos encontramos sino que sobretodo por el magnífico paisaje que nos ofrecía y por presentarnos a la lejanía el Pedraforca (montaña emblemática de Cataluña) esbelto y con una magnífica presencia! Siguiendo el camino podías llegar al Castillo de Lillet, dónde sólo se encuentran algunas rocas de su pasado castillo.

Tras éstas excursiones nos fuimos al Bungalow y nos deleitamos con una magnífica Raclette, si no las has probado nunca debes hacerlo! Sólo necesitas patatas, queso de Raclette y puedes añadirle alcaparras, pepinillos picantes, jamón… a tu gusto! Es un manjar sencillísimo y riquísimo, que acompañado de un buen vino te hará sentir que estás en las montañas!
Al día siguiente nos fuimos de excursión a las Fonts del Llobregat, el increíble lugar dónde nace este río que abastece a parte importante de pueblos y ciudades de Catalunya. La verdad es que lo encontré un lugar magnífico y mágico, lugar dónde puedes establecer una total conexión con la naturaleza, eso sí, debes ir temprano porque se llena de gente muy rápido y pierde parte de su encanto! Siguiendo el camino llegamos a Castellar de n’Hug, un bonito y encantador pueblo que te regala paisajes preciosos!

Finalmente, teníamos la intención de irnos a la Santuario de Falgars, pero nos encontramos la carretera cerrada y la pista también debido a la nieve, así que cambiamos de planes y nos fuimos a Berga, a pasear, comer y disfrutar de la calma propia de un domingo.
Y hasta aquí mi escapada a los pies de los Pirineos! Espero que os haya gustado!
Feliz, pero feliz de verdad, martes!
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