Es curioso, hoy es día 31 de enero y me doy cuenta de lo mucho que me gustan los finales de mes, los finales de semana, de año. Pero, en cambio, me cuestan muchísimo los finales que vienen acompañados de despedidas.
Quizás es por eso que suelo alargar un poco más de la cuenta los finales, para evitar tener que pasar por el mal trago que suponen para mí las despedidas. Y eso que en mis clases de yoga suelo decir que tan importante es empezar algo como saberlo terminar, será que siempre me estoy hablando a mí de forma inconsciente.
Y hay un final, o un punto y a parte para así decirlo, que llevo tiempo alargando. Hasta hoy. Hoy ya me he dicho basta, lo he visto claro. Hoy termino algo que empecé y me despido.

Llevo años que parte de mi jornada laboral la dedico a escribir para otras, a hacer de copy, a encontrar palabras para proyectos ajenos. Un trabajo que me ha encantado y ha supuesto una seguridad para seguir emprendiendo todos mis sueños.
Pero ahora no, no quiero escribir para nadie que no sea yo, por el momento. No quiero cambiar mis palabras, adaptarme a otros ritmos y encontrar la frase que diría la otra. No, no quiero fingir otro papel y personalidad. Y, sobretodo, ahora no me apetece probarme en ese sentido, ya me he visto ahí y capaz, por ahora no quiero estar aquí.
Pero es que a la vez este trabajo me ha dado tanto. Nunca me hubiera imaginado viviendo de mis palabras, de mis textos, de lo que salía de mi mente, y durante una dura época así fue. Logré vivir de ésto durante todo el confinamiento cuando me quedé sin apenas clases de yoga y mis ingresos parecía que iban a caer en picado. ¿Cómo iba a vivir esos meses yo que acababa de dejar el trabajo de educadora social para lanzarme a ser profe de yoga? Pues escribiendo.
Y esta labor me siguió acompañando al lanzar mi propio negocio de yoga, la salita de yoga, y supuso una gran seguridad a nivel personal y económico. ¡Qué joya! ¡Qué honor! ¡Y qué placer lo que he llegado a sentir con ésto! Gracias a todas las que lo habéis hecho posible.
Supongo que por este motivo me ha sido tan difícil irme despidiendo, y aunque ya no buscaba proyectos cuando llegaban no les decía que no. Definitivamente, como me cuesta ésto de las despedidas.
Y sí, yo también lo he pensado… es una forma de ingresar dinero que puedo hacer desde mi casa y justo en este momento vital, estando embarazada de mi primera hija, es algo que podría funcionar e irme bien. Pero justo por el hecho de que, si todo va bien, voy a ser madre, siento que necesito SIMPLIFICAR aún más los frentes que tengo abiertos en mi vida. Por lo tanto la cosa va también de despedidas. La salita de yoga online y presencial, los cursos de meditación, el curso de yoga para embarazadas, y los talleres y propuestas me parecen suficiente volumen de trabajo para este momento.

Así pues, aquí mi despedida a ésto que ha formado parte de mí y me ha dado tanto. Agradezco infinitamente este trabajo de COPY que me ha alegrado, hecho crecer, me ha permitido probarme, saberme capaz y equivocarme. Y agradezco a cada persona que ha puesto en mis manos su proyecto con todo su amor y confianza. Gracias. Gracias de todo corazón porque me habéis hecho sentir muy honrada, de verdad.
Y hasta aquí mi despedida. Quién sabe si será un hasta luego. Pero por ahora, es seguro, un punto y a parte.
Con mucho amor,
Judit.
PD: quizás despedirme de esta labor sea reecontrarme más a menudo por aquí. Sería un auténtico placer. Gracias por estar. 🙂
Deja un comentario