Lunes de nuevo, y me siento ante mi ordenado a contarte los 5 hábitos que me cambiaron la vida y que quiero seguir cultivando en mi día a día porque me hacen bien. Sí, lo sé, es un título muy típico pero que siento muy útil, así que no podía quedarme sin compartírtelo.
No me voy a enrollar y voy a ir al grano:
- HÁBITO 1: HABITAR MI CUERPO.
No es ningún secreto que el habitar el cuerpo es uno de los pilares de mi vida, mi emprendimiento y mi modo de estar. Soy profesora de yoga y me dedico a ello, así que no es ninguna sorpresa que éste sea mi primer hábito de los 5 hábitos que me cambiaron la vida.
Habitar mi cuerpo ha significado darme un espacio diario para observar qué tiene por contarme, cómo estoy, cómo me siento, cómo me estoy atendiendo. ¡Y resulta que siempre me cuenta cosas!
Hay muchas prácticas que nos permiten volver al cuerpo, no te estanques solo en una, explóralas, explórate: yoga, entrenamiento de fuerza, baile, caminar, correr, movimiento intuitivo, quietud, sexo… Pruébate en tantas como te apetezca y reconócete en ti.
Recuerda que el cuerpo es tu vehículo para transitar esta experiencia, cuídalo, mímalo, hónralo. Y trabájalo para que pueda sostener todos tus sueños.
- HÁBITO 2: ESPACIO COTIDIANO DE SILENCIO.
Vivimos en un mundo cargado de ruido. Ruido auditivo, visual, sensorial. Un sinfín de estímulos nos rodean y nos mantienen siempre alerta, atenas, despiertas. Y nuestro sistema nervioso se resiente de tanto movimiento.
Dedicarme espacios de silencio en mi día a día ha significado darme el lugar para integrar todo lo que se mueve, todo lo que hay.
A menudo, son espacios incómodos en los que me encuentro conmigo misma y me sorprenden pensamientos que no me gustan, que me alteran, con los que no me identifico, pero que ahí están. Y es desde ese espacio que puedo darles su lugar, validarlos y dejar que se transformen.
Algunas de las formas que a mí me sirven para regalarme silencio son la meditación, el trabajo de respiración consciente, la escritura i los paseos por el bosque.
- HÁBITO 3: SER NATURALEZA
¿Cómo va a ser un hábito ser naturaleza si es lo que somos de manera intrínseca?
Pues bien, aceptando esta naturaleza y conectando con ella.
Somos parte de algo mucho más amplio, mucho más grande, somos parte de un todo que nos envuelve y nos arropa: la vida misma, la naturaleza, la madre tierra. Y cuando te sabes parte de este todo te sientes mucho más arropada y sostenida.
Pero vivimos sin estar enraízadas a nuestra naturaleza salvaje. Pisamos cemento a diario, las luces artificiales marcan nuestros ritmos personales, y vivimos bajo la dictaruda del reloj. Todo ésto nos aleja de nuestra forma natural.
Ser naturaleza es tratar de escucharme a diario aún viviendo en la realidad que vivimos. Tratar de regalarme unos minutos al día de contacto con lo natural y escuchar mi propia demanda.
Algunas de las muchas formas que podemos ser naturaleza a diario: comer cuando tenemos hambre y no cuando toca; conectar con la naturaleza ya sea en un parque, en un bosque, el mar o cuidando las plantas de casa; andar descalzo por donde se pueda; ser consciente del propio ciclo menstrual y los cambios que supone a nivel interno y externo, cuidar algo como un jardín o un huerto, etc.

- HÁBITO 4: DAR LUGAR AL RECONOCIMIENTO
Creo que éste es el hábito que más ha cambiado mi vida. RECONOCERME. Y para hacerlo he tenido que aprender a NO COMPARARME CON NADIE, ¡menuda faena, con lo acostumbrada que estaba yo a validarme en relación con las demás!
Pues sí, un hábito sencillo pero poderoso: reconocer quién soy, lo que deseo, lo que quiero; validar mis incoherencias, mis sentires, mis emociones; crear discursos sobre mí que me agraden, que cuenten mi historia en mis propios términos y que me construyan de una forma consistente y poderosa.
Pero también reconocer al otro y amar la diferencia, aceptar lo que no puedo entender, validar la posición ajena sin pretender cambiarla, y ver los espejos que las relaciones me muestran.
Algunas de las formas que se me ocurren para dar lugar al reconocimiento son: las listas de agradecimiento, decir que no, propuestas de trabajo personal e introspectivo como El camino de vuelta a mí, formar parte de espacios de encuentro como talleres, círculos de mujeres o retiros y todo eso que nos ayude a conocernos más y mejor.
- HÁBITO 5: DIVERTIRME
Tomarnos la vida un poco menos en serio… ¡que solo hay una y es corta pero ancha!
A disfrutar, a vivir, a gozar.
Rodéate de personas que lo hagan fácil, que te hagan reír, que te hagan divertirte y disfrutar de quién eres, de quién sois, de la vida en sí 🙂
Y hasta aquí los 5 hábitos que me cambiaron la vida.
¿Y tú, tienes algún hábito que te haga bien?
Gracias por leerme,
con amor,
Judit.
PD: esta es la última semana para hacerte con cualquiera de mis cursos y recursos con un 20% de descuento con el código VUELTAALSOL, ¿te lo vas a perder?
– SALITA DE YOGA
– EL CAMINO DE VUELTA A MÍ
– EL SENDERO DEL SILENCIO
Deja un comentario