Siguiendo con la temática de la semana pasada en la que hablábamos de la fina línea que separa el autocuidado de la autoexigencia, esta semana quiero traerte varias propuestas. Hoy voy a hacer un recopilatorio de posts del blog en el que te comparto formas de autocuidado.
Cuidarnos es un acto diario, que se cultiva con la autoescucha, con el respeto y con la flexibilidad. Encontrar formas de cuidarnos a diario para conectar con nosotras mismas no tiene que ser complicado ni requerir de grandes espacios de tiempo.
Simplificar nuestra vida, pensar que menos es más, nos acercará a un autocuidado real, sincero y sobretodo realista. Quizás un día tienes una hora entera para dedicarte y otros días solo dispones de las pausas para comer. Hacer de estos espacios un lugar de bienestar es el verdadero autocuidado.

¿Vamos con las propuestas de autocuidado?
- Crear una rutina por las mañanas que nos permita empezar el día conectando con nosotras mismas. Levantarnos un poco antes y que nuestro día empiece desde la conexión personal.
- Mover el cuerpo y conectarlo con la respiración, a través de la práctica de yoga. Y es que el yoga es más que una práctica corporal es una forma de vida. Recuerda que puedes practicar conmigo a través de la Salita de Yoga, si lo que estás buscando es establecer esta práctica en tu día a día.
- Practicar la meditación para bajar las revoluciones de nuestra mente y conectar con el momento presente. Regalarnos aunque sean 3 minutos de silencio, de escucha interna, de mirar qué hay dentro. Y tratar de vivir en presencia y sintiendo un estado de contemplación que nos mantenga despiertas y vivas.
- Nutrir la mente con una buena lectura, de esas que nos hacen desconectar para reconectar, que nos permiten vivir muchas vidas y aprender a través de las palabras. O de esas que simplemente distraen y nos ayudan a desconectar de nuestra realidad. O quizás tumbarte en el sofá y ver un interesante documental mientras descansas y no haces.
- Reconectar con la naturaleza, ¡es que nos falta mucha naturaleza! Disfrutar de un paseo por las montañas, por un parque, cerca de la playa… O regalarnos una bonita experiencia como un baño de bosques (Shinrin-yoku).
- Disfrutar de la creatividad. Ya sea a través de la pintura, la escritura, la música, el baile… ¡lo que sea que nos permita sentirnos libres! Y recordando que no importa el resultado, que lo realmente valuoso es el proceso.
- Comer bien, con una buena organización es posible. Alimentarte de forma consciente puede ser una forma de autocuidado. Permitiéndote tus caprichos de vez en cuando y disfrutando de lo bien que sienta comer bien. El batchcooking te ayudará a esta organización, puedes conocerlo qué es aquí.
- Descansar. Permitirnos el no hacer, el tumbarnos, el no hacer nada de provecho, el perder el tiempo y lo estaremos ganando. ¡Una maravilla muy difícil de hacer! Pero todo un logro para quién lo consigue.
Espereo que estas propuestas e ideas te sean útiles y las disfrutes, sin exigencia, con goce. Que enccuentras tus propias propuestas de autocuidado, que las hagas tuyas y las conviertas en parte esencial de tu vida, pero sin obligatoriedad, por placer.
¡Me encantaría conocer tus propuestas de bienestar!
Te leo en los comentarios 🙂
Con amor,
Judit.
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