UN AÑO MÁS, fantasía y realidad.

Estos últimos días del año siempre me dejan un sentimiento agridulce. La velocidad con que todo cambia, con que los días pasan y con que la vida te sorprende me parece increíble, pero injustamente increíble.

Odio echar de menos al tiempo, sentir que un año se me ha escurrido como gotas de agua entre las manos, que ha pasado en un abrir y cerrar de ojos y que vuelvo a estar a un inicio de un fin. Y es que para muchos el fin de año no es más que otro día que sólo cambia un número en nuestra habitual forma de entender el tiempo, pasamos del 15 al 16 pero todo sigue igual. Pero para muchos, cuando se termina el año es un momento significativo de parar, de pensar de mirar atrás pero sobretodo focalizarnos hacia delante, y es que el terminar de un año y el inicio de otro no es más que un parón ficticio que nos permite replantearnos dónde y cómo estamos en éste, nuestro, viaje.

Y aquí estoy yo, con una mezcla de fantasía y realidad dándome cuenta que el 2015 ha sido un año más que lleno. Empecé el 2015 con mi primer trabajo “de lo mío”, tras cinco meses de salir de la carrera comenzó mi precaria vida laboral de educadora! Después de unos meses una nueva oportunidad se me planteó y aquí me veis, con un nuevo empleo, trabajando con jóvenes; con un adiós a mi ciudad natal, independizarme, irme a vivir con mis dos chicos y, aquí encontrar un pequeño lugar dónde llenarme de felicidad.

2015 ha venido cargado de viajes y aventuras: escapada a Toulusse-Carcassone-Narbonne, ir a Euskadi y hacer surf por primera vez, Madrid y su increíble Rey León, las excursiones y el mar de Coulliure, cumplir un sueño como es el Interrail recorriendo la bella e histórica Europa (algún día tendrá su propia entrada), visitar por primera vez tierras vecinas como el Deltebre y sus arrozales!

También repleto de ilusionantes inicios como empezar una nueva carrera (quién me mandaría a mi meterme en tal lío?!) historia del arte, que le tenía ganas! Empezar la aventura del blog que poco a poco va tomando forma y pasa a ser parte de mí día a día. Volver a ponerme con el inglés (tras muchos años diciéndolo!) o formar parte de un movimiento feminista.

Pero éste también ha sido un año de despedidas. El dejar mi ciudad ha supuesto decir adiós a viejas tradiciones como salir a cenar dónde quiera o encontrarme un lunes haciendo una cerveza a largas horas de la noche; acostumbrarme a decir: “nos vemos pronto” a buenas amistades, darle pausa a mi gran pasión el baile, despedirme de las pequeñas que durante 5 años cuidé y dejar de ver la familia, ése gran pilar, día sí día también; pero también decir adiós al stress, al ir corriendo, a los largos recorridos en metro (que no echo nada de menos), al aire  con gusto a petróleo y a las noches con sirenas en las calles.

Y ahora y aquí me encuentro, feliz tras estos 365 días que sumo a mi recorrido, que me han hecho más persona, más fuerte y más sentida. 365 oportunidades aprovechadas para seguir creciendo hacia delante, 365 nuevos soles acompañados con sonrisas y llantos, caricias y abrazos, con encuentros y despedidas, compañía y soledad, con tiempo y con prisas, con fuerza y debilidad, con todo y con nada, con la pérdida y el encontrar.

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2015 ya sólo puedo mirarte de reojo, como a una paisaje que se va alejando en el retrovisor y te puedo sonreír, alegre y honestamente, satisfecha de haberte vivido.

Y ahora 365 más, así que en este nuevo año…

SEAMOS REALISTAS SOÑEMOS LO IMPOSIBLE!

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